Bebés de alta demanda

¿Realidad o cajón desastre? Una nueva etiqueta para los bebés que saben lo que quieren y como pedirlo.

Uno de los pioneros en el tema de bebés de alta demanda es el pediatra William Sears (también ha hablado largo y tendido sobre la crianza con apego de la que ya hablamos en otro post). El Dr. Sears, después del nacimiento de su cuarta hija pudo comprobar que era muy diferente al resto de sus hermanos. Lloraba continuamente, siempre quería estar en brazos, no aceptaba un no por respuesta y era muy «intensa». Aclarar antes que nada que se trata de niños y niñas sin ninguna patología, en ese caso estaríamos hablando de otro tema, son características de su personalidad más sobresalientes e intensificadas de lo que cabría esperar.

Con el paso del tiempo y de intentar varias técnicas en su educación que no funcionaron, decidieron que fuera ella quien les guiase en su crianza. Recopilaron algunas características que definen a los bebés de alta demanda:

  • Intensos
  • Absorbentes
  • Hiperactivos
  • Muy demandantes de atención y de contacto físico
  • Maman muy frecuentemente, no solo como alimento
  • Se despiertan con frecuencia
  • No se calman solos
  • Suelen estar insatisfechos
  • Hipersensibles
  • Son impredecibles

Viendo esta lista, realmente muchos padres y madres podréis pensar que tenéis entre manos un bebé de alta demanda. La mayoría se despiertan y lloran bastante, son muy sensibles y no se calman solos fácilmente, necesitan contacto físico (han estado 9 meses dentro de su mamá) y son bastante absorbentes. Pero, parece ser que la intensidad y la insatisfacción son las características que mejor los definen y diferencian del resto de bebés. Lo hacen todo de manera intensa, reír, llorar, disfrutar, pedir… Todo. El comentario común en casi todos los papás con bebés de alta demanda es que parece que nunca tienen suficiente, siempre necesitan más de ellos, más atención, más juegos, más caricias, más, más, más… Si un bebé de por sí ya es agotador por su tremenda energía y ganas de explorar y jugar, un bebé de alta demanda lo es en su máximo nivel posible. También son impredecibles, si normalmente los bebés responden a rutinas diarias de juegos, baño, cena y dormir (puede costar más o menos tiempo, pero se acaban acostumbrando), los bebés de alta demanda no. Lo que un día funciona y responden bien, al día siguiente no servirá, con el consiguiente desconcierto de los padres.

¿Cómo puedo saber si mi hij@ es de alta demanda?

Esta es la pregunta que se hacen muchos padres y, al leer las características que definen a estos niños, no les queda muy claro si se puede aplicar a su caso o no. La premisa es que si aparece la duda probablemente sea una realidad. Los padres de bebés de alta demanda coinciden en que es algo que se nota y se sabe. Puede que no se sepa ponerle un nombre, una etiqueta al fin y al cabo, pero es algo que los padres sospechan casi desde el principio por el carácter especial de estos bebés, por su especial irritabilidad y exigencia.

¿Alta demanda o hiperactividad?

Es importante no confundir los bebés de alta demanda con los que tienen un trastorno de hiperactividad. En el primer caso, son niños sin ninguna patología asociada, es decir, su desarrollo y desempeño son los esperados aunque con las características ya comentadas. Mientras que en el caso de niñ@s con hiperactividad (diagnosticada por especialistas), sí hay una patología a nivel cerebral que debe ser tratada de manera específica, son situaciones completamente diferentes. Hay quienes opinan que etiquetar a estos bebés puede generar en ellos una impronta y determinados estigmas o estereotipos, pero lo cierto es que en mucho casos las etiquetas son necesarias para tranquilizar a las familias. El miedo es libre y cuanto menos específico sea más cosas nos darán miedo pero, si conseguimos especificar aquello a lo que tememos podemos averiguar como superarlo y trabajarlo.

Los reyes de la casa

Cuando tenemos entre manos un hijo o hija de alta demanda es importante estar informados, conocer sus necesidades, escucharlos y armarnos de paciencia, sobre todo en las primeras etapas del desarrollo cuando el lenguaje está muy poco desarrollado y la comunicación es más complicada. No se comportan así con el objetivo de fastidiar a sus padres, es algo genético que irá perfilando aspectos de su personalidad. De acuerdo que con pautas de educación se pueden modificar determinadas cosas. El problema es que, si ya de por sí la paternidad nos pilla a casi todos con el paso cambiado, cuando nuestr@ pequeñ@ tiene tanta intensidad en su forma de ser y nos reclama tanto, la situación se puede volver demasiado absorbente para los padres. La paciencia y dar importancia a lo que realmente la tiene, tener comprensión con las demostraciones emocionales de est@s niñ@s y ser un equipo. El apoyo entre la pareja aquí es algo fundamental, hacer un tándem, cuando uno no pueda más entra el siguiente en acción con fuerzas renovadas. Tener en cuenta las necesidades de los padres, no solo las del bebé en cuestión. Y muy importante, tener la seguridad de que todo lo que hacéis es por el bien de vuestr@ hij@.

Para más información: https://www.askdrsears.com/topics/health-concerns/fussy-baby/high-need-baby

Imágenes de www.unsplash.com

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